ESTE RESTAURANTE CERRÓ SUS PUERTAS
Blanco Belmonte, 6
Conocimos de su existencia dando
el típico paseo desde la zona de la Mezquita-Catedral al centro de la ciudad. Nos llamó la atención que ya
no estaba allí la marisquería El Faro. A la vista una nueva rotulación que nos
indicaba que en ese punto estaba ahora UMAMI: una ¿¡¡salmorejería!!?. Estamos
hablando del mes de abril. Sólo unos días antes, a finales del mes de marzo,
abría sus puertas este nuevo establecimiento. La primera impresión era de
sorpresa: un nombre distinto, un logo llamativo y un concepto diferente. La
curiosidad ya había calado y era obligado pasar por el lugar para contaros que
nos ofrece UMAMI.
Lo cierto es que la salmorejería
ha llamado también la atención de numerosos medios de comunicación: periódicos,
radios y televisiones, incluso a nivel nacional. Nosotros ya nos hicimos eco en
nuestra sección “Córdoba en los medios” de alguna de estas apariciones. Si bien
en los últimos tiempos la cocina, los restaurantes y algunos cocineros de
nuestra ciudad están teniendo una presencia importante en el panorama
gastronómico español, la verdad es que no recordábamos una repercusión tan
rápida y positiva de un restaurante cordobés. Y esa repercusión ciertamente se
aprecia cuando visitas Umami como ahora os relataremos.
Como ya hemos comentado no es el primer restaurante establecido en este punto exacto de la ciudad, pero no
habíamos entrando nunca hasta ahora en este espacio. Se intuía eso si, que era
un lugar de pequeñas dimensiones cosa que efectivamente constatamos. Aunque se
podría ver desde otro punto de vista: el espacio es escaso para el número de
visitas que recibe. Fuimos un sábado por la noche del todavía verano cordobés,
que no es precisamente el momento de la ciudad más álgido, turísticamente
hablando, y estuvo al completo desde que llegamos hasta que nos marchamos. No
paró de entrar gente preguntando por una mesa y no recuerdo cuantos tuvieron
que marcharse, pero sin duda fueron bastantes los grupos y parejas en esta
circunstancia. Así que la primera recomendación, si estáis interesados, es llamar
o acercaros antes para reservar. Nosotros por desconocimiento fuimos sin
reserva y ciertamente tuvimos mucha suerte. Era temprano y justo cuando llegamos había quedado libre una
pequeña mesa. Unos minutos más tarde y la visita tendríamos
que haberla dejado para otra ocasión.
Acerquémonos aún más a su
interior. Se trata de un espacio rectangular y algo estrecho que aún reduce más
sus dimensiones en la zona central al encontrarse aquí la zona de los baños. La
decoración es moderna y sencilla, predominando las líneas rectas. Destaca su
luminosidad con un acentuado color blanco en sus testeros, que se combina con
el verde y el negro. Negro que esta presente en sus zócalos y en algunas
pizarras que cuelgan de sus paredes, esto último al estilo de las gastrobares o
gastrotabernas que proliferan actualmente. A la hora de sentarte el mobiliario
resulta ser más castizo: mesas en mármol y sillas en madera. Madera que también
destaca en los marcos de ventanas y puerta de entrada.
A parte de la zona de restaurante
que hemos descrito, la salmorejería cuenta con otro espacio más. Se trata del
“aula de cultura Umami”: un salón multifuncional que sirve como sala de
exposiciones y actividades gastronómicas o que puede ser reservado para
celebraciones o reuniones de empresa.
Nos sorprende gratamente el
personal de sala que mueve el restaurante: cinco personas atendiendo en las
mesas y la barra. Barra que no hemos mencionado pero que se encuentra justo al
fondo. Es pequeña pero puede servir para picar algo mientras esperas que
preparen tu mesa. La atención fue excelente y los tiempos de espera adecuados.
En las mesas se repite el patrón
de colores antes mencionado: el blanco del mármol que enmarca el verde de unos
pequeños manteles individuales de papel y el negro de las servilletas que
envuelven los cubiertos. Sobre los manteles unos curiosos reposaplatos que
resultan estar sacados del tronco de un árbol cortado a modo de rebanada. En
lo gastronómico destaca la presencia de una botella de aceite de oliva virgen
extra de la tierra. Sobre un pequeño cuenquito o sobre tu plato puedes degustar
este aceite con el pan de telera que te sirven. Sin haber empezado a comer,
estos detalles suman enteros.
Y llegó el momento de elegir los
platos. Nos llama la atención el tamaño bastante considerable de la carta que
nos entregan. El espacio de nuestra mesa, una de las más pequeñas del local,
nos hace manejar la carta con cierta dificultad pero conseguimos salir del paso.
Respecto al contenido de la carta, destaca obviamente la gran variedad en salmorejos
que ofrece. No podía ser de otra manera tratándose de una “salmorejería”, pero
como veréis a continuación la oferta es variada y podemos encontrar otras
opciones pudiendo incluso prescindir de pedir salmorejo. La opción esta ahí,
pero nuestra recomendación es sin duda que probéis algunas de las variedades
que ofrecen. Es su especialidad y por nuestra experiencia creemos que no os va
a defraudar. Os dejamos sin más dilación la carta de Umami en detalle:
Salmorejos y sopas frías tradicionales:
- Salmorejo Cordobés. Tradicional hecho a mano.
- Salmorejo Cordobés Contemporáneo.
- Salmorejo Evolutivo, polvo de té, mermelada de tomate
verde y anchoa.
- Salmorejo Cítrico Palmeño (con naranja de Palma del
Río).
- Ardoria (Osuna / Sevilla).
- Salmorejo con toque de Comino (Estepa / Sevila)
- Mazamorra de Almodóvar del Río
- Porra Antequerana (Antequera / Málaga)
- Salmorejo Melojo (con miel de Hornachuelos / Córdoba).
Salmorejos innovadores:
- Salmorejo de Remolacha, con ralladura de Queso curado y
piñones.
- Salmorejo de Aguacate con tarta de Salmón marinado.
- Salmorejo de Espárragos con Jamón y Huevo.
- Salmorejo de tinta de Calamar con Langostinos aliñados.
- Salmorejo Blanco de tomate con Caviar de trucha.
- Salmorejo de Calabaza y Mojama de Atún.
- Salmorejo de Setas y Trufa de verano.
- Salmorejo de Maíz y Caviar de Arenque
- Salmorejo Dry Gambini.
- Salmorejo Japonés y Wasabi con huevas de Arauca.
- Salmorejo de Melón “Cuco” con Jamón y Aceitunas negras.
- Salmorejo sin pan (bajo en calorías) con Tomate
deshidratado.
- Salmorejo para Celiacos (hecho de pan sin gluten) y
Virutas de Ibéricos.
Salmorejos dulces:
- Salmorejo 3D.
- Salmorejo de Turrón con Nueces.
- Salmorejo de Chocolate Negro y Oro.
- Salmorejo de Chocolate blanco y Fresas.
- Salmorejo After Eight con Migas dulces y Manzana
Osmotizada.
- Salmorejo de Yogurt Natural con Frutos Rojos Liofilizados.
- Salmorejo de Coco con Mango deshidratado.
- Salmorejo de Vainilla y Canela con Caramelo.
- Salmorejo de Frutos rojos y daditos de Queso Fresco.
Otros platos:
- Jamón Ibérico de Bellota. D.O. Valle de los Pedroches
- Ravioli de Setas “A la cordobesa” con espuma de
parmesano.
- Finas Croquetas de Jamón con pimientos del padrón.
- Rotos con lascas de ibérico y huevo a baja temperatura.
- Estrellados con patata al horno, pimientos, gulas y
toque de trufa.
- Tortilla de patatas (jugosa y hecha al momento).
Principales:
- Solomillo de buey, puré de patatas con cebolleta fresca y jugo de carne.
- Flamenquín de presa ibérica.
- Hamburguesa Califal, 100% de ternera con salsa
barbacoa, patata natural y bouquet de ensalada.
- Brochetas de bacalao frito (con dip de salmorejo de
tomate o Ali-Oli de tinta de calamar).
Postres:
- Tabla de Quesos Ecológicos Cordobeses, D.O. de Sueros
con sus contrastes.
- Ensalada de frutas con Matices ácidos.
- Helados y Sorbetes.
- Trufa de Chocolate Blanco con migas de chocolate Negro.
A esto habría que sumar sus
ensaladas y varios tipos de arroces. Y también algunas sugerencias fuera de
carta que nos presentan en unas pizarritas que nos dejan sobre la mesa y que
suele incluir productos frescos del día.
Si queréis probar algún vino,
sobre las pizarras que cuelgan de las paredes y que antes mencionamos,
encontraréis una interesante selección de generosos, blancos, rosados,
espumosos, tintos jóvenes y tintos de crianza. Por supuesto, la D.O. Montilla-Moriles esta presente aunque la variedad en procedencias esta bastante bien
conseguida.
Para nuestra cena – en pareja –
nos decidimos a probar de inicio tres variedades de salmorejo: “Salmorejo de
Remolacha, con ralladura de Queso curado y piñones”, “Salmorejo de Setas y
Trufa de verano” y el “Salmorejo Blanco de tomate con Caviar de trucha”.
Pedimos las medias raciones, que creemos que es la opción más recomendable si
quieres probar unos cuantos tipos. Por otro lado pedimos un “Flamenquín de
presa ibérica” que compartimos. No queríamos dejar pasar la oportunidad de
probar algunos de los salmorejos dulces a modo de postre. En este caso nos
decidimos por un “Salmorejo de Yogurt Natural con Frutos Rojos Liofilizados” y
un “Salmorejo After Eight con Migas dulces y Manzana Osmotizada”. Acompañamos la
comida con cuatro tubos de cerveza. El precio de la cuenta ascendió a 31,8
euros. Analizando la cena cabría destacar la
cuidada presentación de los platos. Destaca también el material de la vajilla,
en su mayoría en barro. Hasta los vasos de las cervezas son de barro. El
material sólo cambia en nuestro caso para el flamenquín que se sirve troceado
en plato de pizarra aunque acompañado eso sí por una macetita de barro que
contiene las patatas de la guarnición. Los salmorejos servidos en pequeños
cuencos, y dejando a parte los dulces de los que ahora hablaremos, son lo mejor
de la cena: la base del salmorejo tradicional esta presente pero los nuevos
ingredientes dan como resultado combinaciones de sabor que no habíamos
imaginado y son realmente excelentes. Quizás el de trufa de verano es que
podríamos poner a la cola de los tres elegidos. La trufa de verano siempre
tiene algo menos de sabor y eso se nota. El flamenquín esta bien preparado y ciertamente
nos gusta pero nos deja algo indiferentes. En cuanto a los salmorejos
dulces, quizás sea lo más complicado de asimilar. El “Salmorejo After Eight” no
acaba de convencernos resultando mejor el de yogurt. Pero como digo son combinaciones
de sabor que se salen fuera del canon algo más y cuesta acostumbrarse. A pesar
de esta ligera decepción final, el balance global es ciertamente muy positivo y
sólo por los salmorejos “salados”, por llamarlos de alguna manera, merece la
pena repetir. Quizás hay que plantearse la visita a Umami como un pequeño juego
gastronómico que te da la oportunidad de degustar combinaciones de ingredientes
que no has experimentado hasta ahora y donde necesitas volver para acabar de
descubrir los sabores que se ajustan más a tus preferencias. Por su puesto esto
incluye también a los “salmorejos dulces”.
Sin duda, y desde el punto de vista de Sibarita Cordobés, la propuesta es
un acierto que ha calado muy positívamente entre los cordobeses y los que nos
visitan. Innovación y sencillez en la cocina, grata atención y una relación
calidad precio excelentes suman enteros a este pequeño establecimiento que ha
debutado a lo grande y que con muy poco tiempo empieza a ser una de las
referencias gastronómicas de la ciudad.
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