Fue en vísperas de una Feria de
Mayo, concretamente de la del 2012, cuando iniciaba su andadura el segundo de
los establecimientos del Grupo La Montillana. Nos dice mucho su nombre, LA
TABERNA DEL RÍO, pero no hay que confundirse porque la tradición se conjuga en
buen equilibrio con la modernidad, sobresaliendo si cabe esta última. Ya lo
mencionábamos como apertura destacada en el Balance Sibarita de 2012, y ahora,
tras varias visitas le llega su turno en nuestro blog-revista.
De inquieto y con crecimiento
progresivo podemos calificar la actividad de este grupo hostelero. En 2009
llegaba la celebrada recuperación, dotada de aires modernos, de un clásico como
La Montillana -la antigua Vinícola La Montillana para ser más exactos-. En 2012
abría nuestro protagonista, La Taberna del Río, sumándose al creciente boom que
experimentaba la orilla norte del Guadalquivir. Y por último, en 2014, la
Taberna Huerta del Rey en la zona de Doctor Fleming. Por el momento todo queda
circunscrito a la esfera cordobesa, pero por el camino quedaron proyectos que
incluso llegaban hasta Londres y su idea de crear una taberna de aires
cordobeses.
Interior de La Taberna del Río
La Taberna del Río ocupa un
inmueble con vistas al Guadalquivir, haciendo esquina con la concurrida
Velazquez Bosco y justo frente a otro conocido, Fusión By Sojo. Lugar de
competencia feroz, pero donde este establecimiento se ha hecho fuerte gracias a
una sensacional oferta que combina diversidad en gastronomía y ambientes. Efectivamente,
en este último punto destacan la zona de taberna en planta baja, de gran
ajetreo por el trasiego de camareros, el movimiento en el interior de la barra
y las llamaradas que de cuando en cuando emergen de la cocina. Subiendo unas
escaleras, la primera planta de ambientación más formal y tranquila para el
comensal. Por último y al aire libre están la terraza a pie de calle y especialmente
su concurrida azotea, sin duda uno de los referentes estivales en la capital
cordobesa y donde reservar durante las noches de verano se hace prácticamente
imposible.
La Taberna del Río
La variedad culinaria, es el otro
puntal de este establecimiento. Aunque su presencia es más visible en La
Montillana, el cocinero Antonio Jiménez es también el responsable de la oferta
gastronómica de La Taberna del Río, aunque bajo parámetros bastante diferentes
como podemos comprobar repasando su carta de platos:
Picoteo
- Salmorejo cordobés
- Mazamorra de almendras, confitura
de pera ecológica y virutas de atún ahumado
- Jamón ibérico de bellota Covap
- Queso curado de oveja
Ensaladas y entrantes
- Ensalada de hojas tiernas, pollo
agridulce y manzana asada
- Ensalada de espinacas, queso de
cabra de Zuheros, tomate semi-seco y piñones
- Ensalada con tocineta ibérica,
queso curado y almendras garrapiñadas
- Calabacín a la plancha con queso
encostrado
- Berenjenas fritas con miel de
Montoro y dados de queso de cabra de Zuheros
- Patatas bravas
- Huevos rotos con “papas” y jamón
ibérico
- Croquetas cremosas de jamón
ibérico
- Flamenquín cordobés
- Noodles con mini sepias y salsa
ponzu
- Wok de pollo y teriyaki
- Shiitake salteados con copos de
bonito seco
- Risotto instantáneo de rabo de
toro, parmesano y almendras
Del mar
- Cartucho de bacalao frito con
salmorejo de pimiento de piquillo
- Cartucho de marrajo frito (adobado
en yuzu, miso y cilantro)
- Chipirones a la sartén con salsa
americana y chiles
- Caballa a la plancha con
“verdurita” salteada
- Taco de salmón a la parrilla,
cebolletas dulces y curry rojo
Del campo
- Puntas de solomillo ibérico al
gorgonzola
- Pluma ibérica a la parrilla
- Tataki de presa ibérica con
pepinillos encurtidos y mahonesa de wasabi
- Hamburguesa de ternera, mozarela,
chutney de cebolla y kétchup casero
- Entrecotte de buey gallego a la
parrilla con variedad de mostazas
Postres
- Tarta tres chocolates a nuestra
manera (Crema de nutella, mousse de chocolate blanco y teja de chocolate
negro).
- Crema de queso de Zuheros, leche
infusionada con dátil y torta de Inés Rosales
- Tarta de la abuela
A esta carta habrá que sumar las
sugerencias del día. Sugerencias según mercado y que veremos en la pizarra en
la zona de taberna junto a la cocina.
En cualquier caso, y como se
puede comprobar, en lo culinario, la carta nos ofrece múltiples posibilidades
que mezclan lo informal con la tradición cordobesa, los clásicos nacionales o
la cocina fusión y de producto.
"Calabacín a la plancha con queso
encostrado" de La Taberna del Río
Esa informalidad se aprecia en
sus magníficas hamburguesas de ternera, de las mejores de la ciudad. Llevan
puesta en escena incluida con el pan de color ahumado, tan extraño como
satisfactorio, guarnición de doradas patatas en pequeña cesta de freidora y
rojo kétchup casero que decora un elegante plato de pizarra acorde con el nivel
del conjunto. Otras muestras simpáticas son los cartuchos en los que se
presentan el bacalao o el marrajo adobado en yuzu. Muy conseguidas por cierto
las frituras en punto de cocción, limpieza y sabor.
"Hamburguesa de ternera, mozarela,
chutney de cebolla y kétchup casero" de La Taberna del Río
"Bacalao frito con salmorejo de piquillo" de La Taberna del Río
"Cartucho de marrajo adobado
en yuzu, miso y cilantro" de La Taberna del Río
Quien busque cordobesismo
gastronómico, estará de suerte porque el recetario autóctono esta presente y a
muy buen nivel. Salmorejo, flamenquín, pero nosotros nos quedamos con la suave
mazamorra y sobre todo con las magnificas berenjenas. Sencillas en apariencia
pero potenciadas en sabor gracias a la acertada compañía del queso de cabra, de
Zuheros claro.
"Mazamorra de almendras, confitura
de pera ecológica y virutas de atún ahumado" de La Taberna del Río
"Flamenquín cordobés" de La Taberna del Río
"Puntas de solomillo ibérico al
gorgonzola" de La Taberna del Río
"Ensalada de espinacas, queso de
cabra de Zuheros, tomate semi-seco y piñones" de La Taberna del Río
Pero también se puede salir de Córdoba y encontrar raciones tan universalmente españolas como las “Croquetas de jamón ibérico”, los “Huevos rotos con patatas y jamón ibérico” y en especial las “Patatas bravas”. Estas últimas, también presentes en la carta de su hermano mayor, la Montillana, son para nosotros las mejores que conocemos. En este apartado podemos incluir también las “Puntas de solomillo ibérico a la gorgonzola” y la parrilla con piezas de carne como la “Pluma ibérica” o un buen “Entrecotte de buey gallego”.
"Patatas bravas" de La Taberna del Río
"Entrecotte de buey gallego a la
parrilla con variedad de mostazas" de La Taberna del Río
Salvo por algún detalle, todo lo
visto hasta ahora esta dentro de una cierta normalidad. Pero si os hablamos del
“Taco de salmón a la parrilla, cebolletas dulces y curry rojo”, el “Wok de
pollo con salsa teriyaki”, un “Tataki de presa ibérica con pepinillos
encurtidos y mahonesa de wasabi” o un “Risotto instantáneo de rabo de toro,
parmesano y almendras”, nos encontramos ante una propuesta muy distinta.
Sensacionales los cuatro platos mencionados, aunque nosotros destacamos el
risotto, potente en todos los sentidos. Las influencias italianas y orientales
quedan claramente patentes.
"Tataki de presa ibérica con
pepinillos encurtidos y mahonesa de wasabi" de La Taberna del Río
"Ensalada de hojas tiernas, pollo
agridulce y manzana asada" de La Taberna del Río
“Taco de salmón a la parrilla, cebolletas dulces y curry rojo” de La Taberna del Río
“Risotto instantáneo de rabo de toro,
parmesano y almendras” de La Taberna del Río
No desentonan los postres,
potentes en sabor y de sencilla presentación, sin alardes para la galería.
Aparte de los mencionados en la carta, en Semana Santa también hemos encontrado
unas magnificas torrijas.
"Tarta de la abuela" de La Taberna del Río
Relación calidad-precio
absolutamente sensacional -el comensal raramente superará los 20 euros de
gasto-, buena atención en el servicio, buen ambiente, y detalles -esa bolsa en
el que se sirven el pan caliente, esa solería antigua, lo clásico y lo moderno,
la útil información de su carta en cuanto a intolerancias alimentarias- completan
el guión habitual de una visita.
No queremos dejar pasar la carta
de vinos, centrada prácticamente en su totalidad en la D.O. Montilla-Moriles. Diversa
en referencias locales y con la posibilidad de tomar copas, medios y botellas. Córdoba
adolece de una apuesta decidida por los vinos de su tierra, aunque tanto La
Montillana como La Taberna del Río son la excepción que confirma la regla.
Bolsa de pan y carta de vinos de La Taberna del Río
Así pues, la apuesta del Grupo La Montillana
allá por 2012 por una prometedora aunque incipiente zona de la ciudad, por un
espacio heterogéneo en ambientes y por una oferta gastronómica mucho más innovadora
para lo que es habitual en una taberna, fue y es todo un acierto. Éxito de
público y crítica -este año aparece como novedad en la Guía Michelín-, se
confirma cada día más como uno de los lugares de visita culinaria más seguros y
de mayor confianza de toda la ciudad.
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