NUEVA DIRECCIÓN
RONDA DE ISASA, 10
En la confluencia de las calles
Cardenal González y San Fernando, a muy pocos metros de la Cruz del Rastro,
encontramos un restaurante cuyo nombre seguro que os llama la atención:
REGADERA. Hablar de Regadera es hablar igualmente del proyecto personal de
Adrián Caballero, su chef y propietario. Esta combinación de empresario y
responsable de cocina es aún poco frecuente en Córdoba. Sin embargo los
ejemplos existen y este artículo nos servirá precisamente para acercarnos a uno
de ellos.
Adrián Caballero reúne formación
académica – Escuela Superior de Gastronomía y Hostelería de Toledo – y
experiencia fuera de Córdoba y también en nuestra ciudad destacando en este
último caso su paso por Senzone, el restaurante del Hotel Palacio del Bailio –
5 estrellas – y por Bodegas Mezquita. Desde mediados de 2011 se embarca en su
Regadera, proyecto en el lógicamente le toca arriesgar como emprendedor, pero
en el que también puede encontrar plena libertad para crear y poner en práctica
todos sus conocimientos.
El local esta muy bien situado,
en un punto de gran tránsito de turistas entre la Mezquita-Catedral y la Plaza
del Potro. Por cierto, que justo en la esquina contraria encontraréis otro
conocido como es Garum 2.1. Desde fuera, paredes encaladas, grandes ventanas
enrejadas y esos toquecitos de mobiliario y color que serán constantes en el
interior. Tras subir un escaloncito, encontramos un establecimiento agradable
que se aleja del tipismo imperante en la zona con plantas colgantes y detalles
como esas regaderas que son el leitmotiv del restaurante. Nuestra impresión es
que el conjunto adquiere un aire casi rural. A todo ello ayuda el blanco de
paredes, techos y contraventanas, y esos toques de gris, rojo y sobre todo el recurrente
verde esmeralda. El resultado es un local luminoso durante el día que se torna
más íntimo durante las cenas. El local no es muy amplio pero da para crear dos
ambientes. Nada más entrar el primero, con la barra al frente, cocina al fondo
y unas mesas altas con taburetes a la izquierda, apropiado para picar algo con
una copa de vino o una caña; a la derecha y pasando un arquito, nos encontramos
el salón con apenas siete mesas.
El equipo de sala y cocina viste con camisas y chaquetillas de negro riguroso. Son jóvenes y de procedencias diversas lo que ayuda a atender a la abundante clientela foránea.
Entrando en lo culinario, decir
que la carta no es extensa, con guiños a planos emblemáticos de Córdoba como el
salmorejo y el rabo de toro, ofrecidos de manera original y con un toque personal.
Pero sobre todo hay espacio para platos que ofrecen productos emblema como el
cordero lechal, el cerdo ibérico, el pato, el cochinillo, el atún rojo o el
aceite de oliva virgen extra. Y por su puesto se ve técnica e imaginación.
A continuación os dejamos la
carta de platos que ofrece en la actualidad Regadera:
- Salmorejo y huevo
De corral roto con aceite de
oliva virgen extra, acompañado de un sándwich con mantequilla de trufa y jamón
ibérico
- Quesos “Regadera”
Selección especial de quesos con
tostas y regañás
- Ensalada de foie
Con espárragos salteados y jamón
ibérico con hojas tiernas, patata y vinagreta de mostaza y miel
- Ensalada de bacalao ahumado,
espárrago y puerro
Puerros pochados, espárragos
blancos y láminas de bacalao aliñadas con una vinagreta de aceituna negra,
tomate y alcaparras
- Tartar de salmón, manzana verde y
chalota
Con mojo de cilantro y salsa
suave de lima
- Carpaccio de presa ibérica
Presa ibérica de bellota curada
al pimentón, con lascas de parmesano, aceite y brotes de albahaca
- Croquetas cremosas
De puchero con jamón ibérico y
pollo
- Puntalette de boletus y confit de
pato
Elaborado como un risotto y
cebollino picado
- Taquitos de bacalao en tempura
Con crema de cebolleta y aceite
de pimentón
- Risotto de bacalao y vieiras
Callos de bacalao y carpaccio de
vieira con mantequilla batida al azafrán
- Tartar de atún rojo
Con aguacate aliñado con aceite
de sésamo, guindilla y salsa de soja con emulsión de wasabi
- Rabo de toro estofado
Al estilo tradicional, desmigado
acompañado de espuma de patata trufada
- Presa ibérica pura de bellota
asada
Con parmentier de boletus y salsa
de ibérico
- Pierna de cordero lechal
Lacada con su jugo, puré de
zanahoria y migas picantes con especias marroquíes
- Cochinillo confitado
Con su piel crujiente y milhojas
de patata gratinada
- Postres caseros elaborados a
diario. En esta ocasión disponían de:
Brownie de chocolate y helado
Zanahoria en almíbar con
granizado de ron, helado de coco y espuma de chocolate blanco
Dispone también de una interesante carta de vinos y cavas. Se
echa de menos un mejor lugar de conservación – están a temperatura ambiente
junto a la barra y cocina –, pero si nos gusta mucho la gran variedad de
procedencias de que dispone y sobre todo que muchos de ellos se ofrecen por
copas.
En nuestra última visita, en
pareja, compartimos primero la Ensalada de bacalao ahumado y como segundos la
Pierna de cordero lechal y un Risotto de gambas que sustituía al presente
en carta. La ensalada bien, pero pecó de exceso de vinagre. Los segundos
excelentes: la pierna de cordero bien hecha y con acompañamiento muy
imaginativo; el risotto sencillamente nos encantó. Aún no hemos tenido
oportunidad de probar el original de la carta, con callos de bacalao y
vieiras, pero la alternativa con gambas y esa espuma resultado de la
mantequilla de azafrán batida, nos acabó dejando un plato suave y pleno de
sabor.
Ensalada de bacalao ahumado,
espárrago y puerro
Pierna de cordero lechal lacada con su jugo, puré de
zanahoria y migas picantes con especias marroquíes
Risotto de gambas
De una anterior visita también destacaríamos el Cochinillo Confitado y
la Presa ibérica asada. Para el postre nos decantamos por la Zanahoria en
almíbar, granizado de ron, helado de coco y espuma de chocolate blanco pero
nosotros nos quedamos con el postre de Fresas, helado de violetas, migas dulces
de canela y natillas que en otra ocasión tuvimos oportunidad de probar. Para
beber tomamos una caña, un tinto con limón y una copa de tinto. La cuenta
ascendió a 52,4 euros.
Postre de zanahoria en
almíbar, granizado de ron, helado de coco y espuma de chocolate blanco
Los platos en general ofrecen mucho
sabor, imaginación, presentaciones modernas y cuidadas. Las cantidades son en
general abundantes, incluidos los postres y la relación calidad-precio es más
que equilibrada – entrantes en torno a 10 euros, platos principales sobre los
14 o 15 euros, postres 5 euros –. A veces la atención en la sala se relaja un
poco pero todo se suple con la amabilidad y el buen trato.
La verdad, nos gusta Regadera y
parece que no somos los únicos ya que la clientela llena habitualmente el
restaurante. Lo mejor es que tiene potencial para mejorar y que nos vamos con
ganas de volver para conocer alguno de los platos que aún no hemos probado y
futuras creaciones en las que seguro ya trabaja Adrián Caballero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario