Juan Valera, 3
Es septiembre y nos dirigimos
hacia el centro de la ciudad. A eso de las doce del mediodía habíamos quedado
con Rafa y Alejandro: hablamos de nuestra cita con CERVEZAS CALIFA.
Desde el pasado 11 de abril, día
en que abrieron sus puertas, el interés por este singular negocio dedicado a la
cerveza artesanal, no ha parado de crecer y así lo demuestra la amplia repercusión
que han tenido en diferentes medios de comunicación – para botón de muestra
tenéis nuestro artículo “Cervezas Califa encuentra eco en la prensa e
informativos andaluces” perteneciente a la sección “Córdoba en los medios” del
pasado 28 de agosto –. Ahora toca hablar de primera mano y para ello contaremos
con la inestimable ayuda de sus creadores que han tenido la gentileza de
mostrarnos el corazón del establecimiento y darnos algunos detalles de este
interesante proyecto.
Los creadores de los que os
hablamos son Rafael Serrano y Alejandro Díaz, aficionados a la elaboración casera
de cerveza, que han acabado convirtiendo su hobby en toda una empresa. Una
empresa, por cierto, a analizar desde distintos puntos de vista. Y es que el
lugar que hoy visitamos no es simplemente una cervecería, ni sólo una
micro-fábrica, ni tampoco una tienda: la virtud esta en que toca todos estos
palos y de momento la música suena bien.
Llegamos con algunos minutos de
retraso y lo hacemos de manera intencionada, para dar un tono más distendido a
la visita. Nada más entrar vemos que nuestros dos anfitriones ya se encuentran
enfrascados en la actividad diaria: ya tiran las primeras cañas y preparan
algunos pedidos para su envío. Como más tarde nos contarán, los pedidos desde
cualquier punto del país para otros locales o para particulares son constantes.
Mientras esperamos unos instantes
junto a la barra, lo cierto es que nos sentimos algo privilegiados por poder
ver el lugar donde se produce la cerveza que da origen a todo el proyecto. Resulta
curioso pensar que seguramente muchos de los que disfrutan de una caña de Califa,
ignoran que todo se “cuece” apenas unos metros bajo sus pies. Y hasta ese lugar
especial, al menos para nosotros, nos acaba conduciendo Alejandro. Para ello
bajamos unas escaleras que nos llevan hasta el sótano del local. Lo primero que
nos llama la atención es su amplitud o al menos esa es nuestra percepción.
Muestra de cervezas artesanales en Califa
Todo esta dividido en distintas
salas: una primera para el molido de las maltas, una sala caliente o de cocción,
una sala fría o de maduración y una última para embotellado y almacenaje. Con
Alejandro vamos recorriendo cada una de ellas al tiempo que nos detalla todo el
equipo y el proceso para la elaboración de su cerveza:
“Sólo utilizas los cuatro ingredientes: malta, lúpulos, agua y
levaduras. No utilizas nada forzado, no se pasteriza, no utilizas ningún potenciador
de sabor, ni isobáricos, ni filtros. Esto es un proceso artesanal y si te
saltas alguno de estos procesos dejaría de serlo”.
Según nos continúa relatando,
primeramente se muelen las maltas. Deben estar recién molidas para pasar a la
maceración que sería algo similar a hacer un té. A continuación se realiza una
cocción cuya duración dependerá del tipo de cerveza a realizar. Seguidamente el
caldo obtenido se debe hacer enfriar muy rápidamente antes de pasar al
fermentador donde estará unos ocho días. Durante esta primera fermentación se
genera el alcohol. Finalmente se embotella y es en el envase donde se producirá
una segunda fermentación o maduración que dará lugar a la aparición del gas
carbónico natural. Estas son las etapas básicas de un proceso en el que deben
estar muy pendientes y donde lo fundamental es el control de densidades y temperatura:
“Es un proceso muy lento. El día que haces la cocción te puede llevar
casi las doce horas. Y luego tienes que esperar como mínimo 30 o 35 días para
sacar una Rubia. Si es una Morena tienes que esperar hasta dos meses.”
Fermentador para cerveza artesanal
Preguntamos si la caducidad de
una cerveza artesanal es menor que la de una cerveza industrial, y nos lo
aclaran:
“La caducidad es la misma que la de una industrial, alrededor de un
año, pero la cerveza artesanal es más delicada. Una cerveza industrial la
sometes a cambios de temperatura y no le pasa nada. Una artesanal te la cargas
porque las levaduras siguen vivas.” Entonces en cuanto a la conservación lo
importante es que “no sufra fuertes
altibajos de frío y calor. Sino aparecerán rastros, que son sabores que no
deben estar.”
Pero ¿qué distingue a la cerveza
Califa de cualquier otra cerveza artesanal?
“Lo principal que distingue a la cerveza Califa es el agua de aquí de
Córdoba. La receta es algo muy concreto: una mezcla concreta de maltas, una
cantidad concreta de lúpulos, todo en unos tiempos muy determinados y siempre
con la misma agua que es el ingrediente principal. Sin embargo, esta misma
receta te la llevas a otro sitio y no te vale para nada.”
En cuanto a la demanda nos
cuentan que existe muchísimo interés en la ciudad. Eso hará que estén presentes
próximamente – además de en su propio establecimiento – en varios locales e
incluso en una conocida firma de supermercados de Córdoba. ¿Cuál es la
producción entonces?
“Ahora empezamos con las dobles producciones y andamos en los 500 litros diarios.”
La verdad es que nos dejan
sorprendidos con la producción actual. Nos detallan además que de esos 500 litros, alrededor de 300 son
de “Rubia”, 100 de “Morena” y 100 de “Sultana”. Estas son las tres recetas que
comercializan hasta el momento. ¿Y fuera de Córdoba? ¿Hay demanda?
“Fuera de Córdoba hay mucho chorreo. Mucho correo de gente que tiene
locales y gente que quiere probarla. No nos importa mandar cajas fuera pero no
es nuestro mercado. Nosotros siempre hemos querido que sea una cerveza local”.
Cerveza Califa tras ser embotellada
Tres, como decíamos, son las
recetas actuales, pero les preguntamos si hay alguna Califa más en ciernes y aquí
nos dejan una primicia.
“Estamos preparando ya una cerveza de trigo. Se llamará “Trigo Limpio”
y estará fuera a mediados de octubre más o menos”.
Antes y después del local de la calle Juan Valera, 3
(Imágenes encontradas en www.week0.com y www.facebook.com/Cervezas.Califa)
Después de esta grata noticia y mientras
Alejandro Díaz nos acaba de mostrar la parte más desconocida del local, nos
viene a la memoria la tienda de instrumentos musicales que acogía anteriormente
este mismo espacio, Luque Música. Tras este recuerdo del pasado nos preguntamos
como acaba Cervezas Califa en este punto de la ciudad.
“La idea siempre ha sido buscar un local suficientemente grande para
que tuviéramos dividido local y que a través de una mampara se mostrará el
proceso de producción, pero no se ha podido. Lo queríamos en el casco histórico”
Según nos comentan, el Mercado
Victoria también fue una opción, pero finalmente no llegó a buen puerto. Sin
duda hubiera sido un excelente escaparate para la marca cordobesa – hay que
recordar que una marca de fuera de nuestra provincia ocupa hasta dos espacios –
que además hubiera dado más valor al
mercado.
Les preguntamos también si existe
posibilidad de cambiar de ubicación en el futuro a lo que nos responden
rotundamente que no. Lo que si tienen en mente, si la demanda sigue al ritmo de
crecimiento actual, es buscar otro lugar cercano o incluso una nave, siempre
dentro de Córdoba capital, donde ampliar la producción. Tendrían que comprar
máquinas más grandes y llevar toda la producción de “Rubia” – la que más se
consume – a este nuevo punto dejando las otras tres recetas en el local actual.
Mientras miramos las botellas y
la máquina de etiquetado le preguntamos a Alejandro por la imagen de marca:
“El diseño total, que creo es muy importante para una marca, es de un
amigo mío de la infancia que vive en Madrid. Su nombre es José David Barjola y
es el diseñador de todo: de la botella, del logo general, del coche rotulado, …
de todo.” En cuanto al nombre de la marca y de las variedades, “la idea general y todos los nombres son
de Rafa y mios.” Y el resultado, a nuestro entender, esta ciertamente logrado
consiguiendo además una potente identificación de su cerveza artesanal con la
“Marca Córdoba”.
Otra vertiente de este espacio es
la distribución de otras cervezas artesanales. Son numerosas las marcas de
todos los puntos del país que se pueden degustar y que también te puedes llevar
como en cualquier otra tienda. ¿Cómo seleccionan estas marcas?
“Al principio pedíamos por Internet y nos gustaban una serie de marcas.
Aún así veíamos una marca de otro sitio que no habíamos probado y decidíamos
traerla.” La idea es “siempre ir
renovando marcas, pero no todas porque hay algunas que funcionan muy bien.
Siempre intentamos ir metiendo más, pero si entran tres, una o dos acaban
saliendo porque no te gustan y es que cada vez seleccionas más. De todas
maneras hasta ahora hemos ido aumentando y ya son más de treinta”.
Pizarra de Califa en agosto
Mientras vamos concluyendo con la
charla, nos interesamos por nuevas iniciativas de futuro.
“Cuando tengamos esto un poco más organizado, seguramente para el año
próximo, queremos hacer catas y curso en 30 litros. Se mostrara como funcionan las máquinas
grandes pero estará enfocado a la pequeña producción.”
Grifos de "Rubia" y "Morena"
Regresamos a la zona pública del
local y comprobamos que en apenas media hora casi se ha llenado. La cerveza
circula y comprobamos que las tapas también. Todo sencillo pero escogido con
cierto gusto: algunas cositas de la tierra como el queso o el jamón del Valle
de los Pedroches, pero también patés de la zona de Cazorla, cecina o algunas
conservas.
“Nosotros
empezamos sólo con la cerveza. Ahora potenciamos un poco más la tapa para hacer
maridajes que es algo que gusta a la gente.”
La estantería llena de vistosas
botellas, una amplia barra de madera donde se apuntan con tiza las
consumiciones, los barriles, los taburetes y una amplia pizarra donde se detallan
todas las características de las marcas que se sirven: todo esto llama la
atención. Fusión de moderno y antiguo a la vez que envuelve un ambiente
distendido, como sería el de cualquier taberna típica cordobesa, eso sí, con la
cerveza artesanal como gran protagonista.
La visita, como no podía ser de
otra forma, terminó con la degustación de un par de Califas, una “Rubia” y una
“Morena” y con el agradecimiento a Rafa y Alejandro por este rato que han
querido compartir con nosotros y todos los que seguís este blog. Pero sobre todo nos
despedimos con la satisfacción de haber conocido de cerca esta interesante
iniciativa que brinda un espacio monográfico dedicado a la cerveza artesanal, único
en Córdoba.
Hola. Lo primero, enhorabuena por el blog. Hace tiempo que sigo Sibarita Cordobés y me encanta. La entrada de cervezas califa me parece buenísima! Qué ganas de ir a Córdoba a probar los sitios que comentáis... Mientras tanto, disfruto leyendo el blog. Muchas gracias por todo el trabajo que hacéis y la información que compartís, seguid así! Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por seguirnos. Nos encanta tu apoyo y sobre todo esperamos seguir contando contigo.
ResponderEliminarSaludos Sibaritas
Hola! Desde hace tiempo quería poner un comentario para felicitarte por el blog. Viendo que esto de los comentarios se anima, y ante una entrada tan cervecera como yo, no me he podido resistir más...
ResponderEliminarEs un gusto poder leer tanto y tan currado sobre los sitios de Córdoba. Yo ya estoy esperando como agua de mayo el resumen anual de 2013...
Lo dicho, ánimo para seguir con ello, que ya somos muchos los que te seguimos!!!
Saludos,
Sara
El gusto es nuestro por contar con seguidor@s como tú!! Ah!, y ya estamos trabajando en ese balance anual y en otros muchos contenidos que ojalá te animen a continuar mucho tiempo con nosotros.
ResponderEliminarGracias y saludos Sibaritas.